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15.12.09

Algunos rostros de la revolución cubana

Invitar a la lectura de escritos versados en Cuba, su proceso de transformación social y las significaciones de ello para América Latina, realizados en el contexto del cincuentenario de su última revolución social, es una tarea tan grata como desafiante. Grata, porque para aquellos interesados en América Latina -sus pueblos, sus condiciones de existencia y el mejoramiento real de tales circunstancias- protagonizar una incitación como aquella permite evocar una revolución social exitosa, el campo de sus determinantes y sus resultados, un cuadro de derrotas y victorias que, en balance, permiten denotarla como triunfante. Transcurrida a lo largo de escenarios complejos, en buena medida adversos, y que no exenta de errores y políticas discutibles, ha devenido en elevar significativamente el nivel de vida de su pueblo y constituirse -por estos logros y su internacionalismo activo entre otros- en una referencia importante para otros pueblos de la región y el mundo. Desafiante, porque más allá de las complejidades de este cuadro, instigar la indagación y reflexión sobre la Revolución Cubana hoy, en un momento de intensificación de la agitación política y social en muchos lugares de América Latina –de lo cual los ejemplos obvios son los procesos revolucionarios que se desarrollan en Bolivia, Ecuador y Venezuela-, es una tarea que además enfrenta en su gesto torcer un poco la primacía del lugar común, la ignorancia y la intolerancia con la que ha transcurrido una buena parte del debate sobre ella. El camino fácil siempre ha sido denostarla o ensalzarla, sin aceptar sus ambigüedades, contradicciones y matices; quizás por ello aún es tanto menos lo que sabemos y tanto más lo que creemos sobre ella.


Ni santa ni demoníaca, y aunque a muchos los induzca al amor más encandilado o al odio más ciego, la Revolución Cubana es, a todas luces, un producto político, económico, cultural y social de inspiración y agencia plenamente humanas, desarrollado por actores concretos, en momentos y contextos específicos, y por lo tanto ajena a cualquier ley inmutable de la historia o devenir inexorable de la política, que como tal debe ser abordado, estudiado y considerado; al menos, si la idea del ejercicio es comprender algunas de sus especificidades, sentidos asociados y efectos, en pro que el cuerpo de conocimiento así generado facilite un actuar en consecuencia, lógicamente consistente y moralmente responsable. Los cinco escritos que a continuación ofrecemos, sin mencionar la virtud de una pluma amable que, sin embargo, no renuncia a plantarse firme, se inspiran en esta lógica regalándonos, de paso, una buena muestra de la polisemia que constituye el cuerpo de los relatos sobre el proceso revolucionario antillano.

Así, nos encontramos con un conjunto de trabajos de muy diversa procedencia disciplinar, estilo escritural, origen nacional, así como ideología política de base. Desde candorosas militancias en su defensa, hasta implacables disidencias en su contra, pasando por los inevitables, y hasta cierto punto de moda, intentos por construir historias desapegadas, el grupo de escritos que ahora sometemos a la consideración del lector, en un ejercicio tan intencionado como esperamos ilustrativo, constituye un buen ejemplo de la polifonía antes mencionada. La apertura de fuegos de este dossier corresponde al trabajo de Nayar López, quien nos ofrece un relato del proceso revolucionario cubano en el cual se intentan desgranar algunas de las razones del amor y odiosidad que éste despierta, así como sustentar algunas de aquellas por las cuales dicha revolución, medio siglo después y en medio de múltiples dificultades, continua defraudando, para bien, a los apologistas de su defunción. Por su parte, Alfredo Echegollen, desde la vereda ideológica opuesta, nos brinda una descarnada entrega en la cual se pretende desnudar algunas de las circunstancia por las cuales dicha defunción sería no solo pronta sino, aún más, deseable. Entre estos extremos será que transiten las elaboraciones de Raúl Romero y Silvano Cantú, jóvenes investigadores mexicanos quienes abordan, respectivamente, los problemas del desempeño y la lógica histórica en la cual se inscribe la Revolución Cubana. Cerramos esta entrega con el refrescante trabajo de Daniel Badenes, otro joven investigador, esta vez argentino, quien nos regalará una su reflexión sobre algunos de los elementos y las dinámicas implicados en la escena popular, y en este caso intercultural, de la conmemoración.

Menos atrapados por milenarismos ingenuos que atribuyen destinos y condenas, a la vez que más conscientes de la utilidad teórica y política que comporta reflexionar sobre una de las pocas revoluciones sociales exitosas ocurridas en América Latina al día de hoy, es que ofrecemos al lector este conjunto de trabajos.

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