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22.12.09

El futuro dejó de ser lo que era. Utopías, aporías e ironas de lo moderno (1959-2009)


Rostros de la revolución cubana en el cincuentenario de su triunfo


Derechos humanos: debates contemporáneos



Durante el último mes de 2008 se prodigaron los actos públicos y sociales, textos, programas de radio y televisión, foros y mesas redondas sobre los derechos humanos. El pretexto: el LX aniversario de la aprobación de la Declaración Universal de los Derechos Humanos por parte de la Asamblea General de la ONU, documento que inició lo que se ha llamado “internacionalización” de los derechos humanos. La vigencia de aquel documento de 1948 ha sido examinada, cuestionada, defendida, negada; en suma, echada a la polémica. En este número de FOLIOS nos hemos sumado a esta discusión: el dossier del presente número habla sobre algunos debates que suscitan los derechos humanos en nuestros días. Los ensayos que lo conforman se suman a la discusión y procuran ampliarla apelando a la complicidad – o al desacuerdo - del lector.


Los derechos humanos no están dados por la “naturaleza humana”, ni fueron históricamente “construidos” de un momento a otro. Alrededor de ellos se manifiestan relaciones de poder y procesos de empoderamiento. Por ello, los autores de los ensayos sostienen que el camino recorrido por los derechos humanos ha sido azaroso, no está concluido y es susceptible a cuestionamientos - no siempre cómodos o “políticamente correctos” -.

¿Qué son los derechos humanos? Carlos R. López Kramsky emprende un recorrido por la doctrina jurídica sobre el fundamento y naturaleza de los derechos humanos, enriqueciendo la exposición con la confrontación entre éstos, el derecho y la moral. A través de estas esferas, el autor sospecha las implicaciones de la “mitología de la moral en los imperativos éticos contemporáneos”, incluyendo a los derechos humanos en tanto que “derechos morales”.

En torno al debate entre universalismo y relativismo en la materia, Claudia Corona plantea cuestiones fundamentales: “¿al ser universales pueden incluir a todas las culturas?”; “¿existe una sola acepción de dignidad humana o varía de acuerdo con cada cultura?”. En torno a estas cuestiones y algunas de sus implicaciones, la autora aborda la complicada relación entre los derechos y la soberanía estatal, los derechos colectivos, el multiculturalismo y los posibles “falsos universalismos”.

Desde la teoría política, especialmente desde la obra de Claude Lefort, Sergio Ortiz Leroux destaca la dimensión política de los derechos humanos como elementos constitutivos de la democracia, mismos que hacen visible y posible la autonomía entre poder, derecho y saber en las sociedades modernas.

Por su parte, José Guillermo García Murillo aborda un tema especial de los derechos humanos, que cada día gana terreno en el ámbito de la ciencia política: el acceso a la información pública, que visto como derecho es indisociable en la “trinidad” derecho de libre expresión y de libertad de pensamiento.

Exponer la construcción histórica del discurso de los derechos humanos es un ejercicio que implica identificar las luchas alrededor de las ausencias normativas que generan desigualdades. Silvano Cantú y Alfonso Gómez Márquez abordan este tema con enfoques y conclusiones distintos. Gómez Márquez identifica las debilidades en la conceptualización e instrumentalización de estos derechos, apuntando hacia una genealogía del sentido detrás de la expresión “derechos humanos”, lo que deja asomar la debilidad de su naturaleza y fundamento. Cantú, por su parte, identifica algunas contradicciones políticas e ideológicas en la historia de los derechos humanos, mismas que se reflejan hoy en el marco de la globalización, y permiten ponderar las posibilidades de aquellos como parte central de las luchas emancipatorias del siglo XXI.

Esperamos que los ensayos que FOLIOS pone a disposición del lector en este dossier abran un espacio de discusión sobre un tema que siempre se renueva y cuya importancia en las agendas internacionales, nacionales, comunitarias e institucionales es cada vez mayor.

De la cultura política a las políticas culturales






Crisis global...al calor de la elecciones



Lo que empezó el 15 de septiembre de 2008 como el estreno de una crisis financiera e hipotecaria dentro del mercado de los Estados Unidos de América, pronto se convirtió en el tristemente célebre Octubre Negro que terminó de hundir a los mercados mundiales en una crisis económica global sin precedentes. Mucho se ha hablado desde entonces acerca de la profundidad y duración de la crisis; personajes como Bill Gates, dueño mayoritario de Microsoft, pronosticaron una duración mayor a 4 años y una caída significativa en el poder adquisitivo de la personas. Nadie, o casi nadie, se atrevieron a ponerle número a la casa, lo que si quedaba claro es que esta crisis afectaría a todos en mayor o menor manera, y que su duración trascendería el año 2009. En esta ocasión México no es el origen, sin embargo el epicentro del terremoto financiero se localizó apenas a unos pasos de nuestra frontera norte. El efecto en la economía mexicana supone ser abrumador. Pero como todo terremoto las ondas expansivas tardan algo de tiempo en llegar a territorios más distantes. Es decir, el coletazo de la crisis se empieza a sentir en México para inicios del 2009.


En este contexto, y una vez que las convulsiones mayores han pasado y que se empiezan a detectar orígenes y destinos del problema, es que decidimos abordar en Folios el análisis y las perspectivas de una crisis mundial que nos atañe a todos. Mucho se ha debatido ya en los medios y en las charlas de café; sin embargo es indispensable recorrer de nuevo las pautas de la conflicto, revisar puntos de vista variopintos, incluso entender los efectos de la crisis en otras ciudades del mundo. Para este número de la revista Folios buscamos plumas que dialogaran desde varias trincheras; la academia, la empresa, el análisis agudo, la respuesta simple, la perspectiva que da la distancia, y finalmente las visiones impresionistas a manera de charla de café.

La primera lectura la da Orlando Delgado Selley, reconocido académico de la Universidad Autónoma de la Ciudad de México (UACM). Orlando revisa “Las Medidas de la Crisis” con un lenguaje académico claro y objetivo. Él nos ofrece un buen contexto histórico y descriptivo de la crisis, nos entrega cifras y cálculos, nos describe actores y mártires, nos presenta las primeras recetas implementadas por los gobiernos; simplemente, nos ayuda a entender mejor los orígenes y destino de la crisis mundial.

El segundo texto “Competitividad en México” escrito por Sergio Ríos Martínez nos lleva a cuestionar en qué ha fallado México para ser absorbido por la crisis. La distancia da perspectiva; más de una década que Sergio ha vivido como representante económico de México ante países de la Unión Europea y del Tratado de Libre Comercio de América del Norte le han permitido tener una visión más clara de lo que México necesita. En su texto, él nos plantea situaciones específicas que han ido mermando la capacidad de gestión de México ante el mundo. Asimismo, con la sencillez que da la experiencia, él nos propone trabajar en varios frentes para alcanzar una posición competitiva a nivel mundial.

El jamón del medio lo proponen Roberto Salinas León y César Reyes; quienes son reconocidos analistas y miembros directivos del Mexico Business Forum. Ellos revisan los aspectos de la crisis desde una perspectiva de políticas públicas agregadas. A través de su texto “Reflexiones Capitales sobre la Crisis Mundial” nos entregan una minuciosa lectura de distintos momentos de la crisis en base a diversas reflexiones técnicas sobre las finanzas mundiales. Su forma clara e inteligente de hablar de la crisis nos permitiría deducir nuevas ideas a pesar del desconocimiento que el lector pueda tener acerca de estos temas.

La cuarta entrega “2009, Año de Grandes Retos en el Escenario Económico” corre a cargo de Pablo Lemus Navarro, presidente del sindicato patronal en Jalisco: Coparmex. Pablo realiza una revisión exhaustiva de las consecuencias que la crisis mundial está teniendo en la economía de México y en particular de Jalisco. Él aprovecha para enviar un mensaje preciso de qué podemos esperar de la crisis; y al final, Pablo pone el dedo en la yaga cuando advierte que a pesar de las distracciones que la crisis pudiera generar, tenemos la necesidad de seguir trabajando en las tareas urgentes e importantes de la nación.

El analista de negocios y editor del portal DoingBusinessInMexico.com Hugo Luna Vázquez nos presenta el quinto argumento de la revista. Con su texto “Se acabaron las gallinas de los huevos de oro; o mejor dicho, hay amor en tiempos de crisis…” nos acerca a lo mundano de la crisis. Con un lenguaje ligero y bien articulado, Hugo nos ofrece entendimiento lúcido del escenario para después proponer imágenes creativas de cómo enfrentar la crisis.

Como postre y digestivo, y a manera de entender que ésta es una crisis global, presentamos un grupo de visiones impresionistas de la crisis. Profesionistas de distintas nacionalidades nos ofrecen su visión a manera de charla de café, a través de textos cortos provenientes las ciudades de Londres, San Miguel de Allende, Riad (Arabia Saudita), Washington DC, Madrid y Moscú.

Finalmente, en este número de la revista el académico e investigador del Tec de Monterrey Richard David Huett nos propone la versión, únicamente disponible en el idioma inglés, del libro “A Whole New Mind: Why Right-Brainers Will Rule the Future” de la mente brillante del escritor Daniel H. Pink. A propósito de la crisis, Richard nos invita al nuevo pensamiento de la edad conceptual como fórmula de respuesta a la crisis.

Así, la propuesta de Crisis Global… al Calor de las Elecciones nos invita a reflexionar y debatir acerca del papel de los gobiernos, las empresas y la ciudadanía en la crisis económica global. Entender mejor el momento económico más decisivo de las últimas décadas, seguro nos acercará a una elección más adecuada de nuestros gobernantes y de sus propuestas económicas ante la crisis.

Ecología, política y ética: democratizando el medio ambiente



Ecología, política y ética, constituyen una triada necesaria para comprender la complejidad de los diferentes problemas ambientales que han comenzado a manifestarse, cada vez con mayor fuerza, alrededor del planeta. Si bien, la tradición de la ciencia moderna ha manejado a estas tres disciplinas de forma separada, como reflejo de la separación aún mayor entre las ciencias naturales, las ciencias sociales y la filosofía; la manifestación y profundización de una crisis ambiental que puede tomar grandes dimensiones, está empujando a la indispensable complementariedad entre las tres.
De esto quiere dar cuenta el presente número de Folios, de cómo el pensamiento ecológico pierde fuerza sino es complementado con la capacidad política para implementar soluciones que reconozcan la complejidad de la naturaleza y la sociedad; de cómo, sin la amplitud de miras científicas de la ecología, con su poder de integración de los diferentes elementos que forman un sistema, las políticas públicas permanecen desarticuladas entre sí y solo responden de forma parcial y fragmentada ante los problemas que representa el manejo social del medio ambiente.
Así también, se pretende exponer la forma en que tanto ecología como política requieren de la reflexión ética para corregir sus excesos de pragmatismo, los cuales derivan en la corrupción de sus propósitos; ya que, por un lado, en nombre de la objetividad científica se ha caído en el error de generar “ciencias sin conciencia”, es decir, aplicaciones científicas y tecnológicas dañinas a los ritmos de la vida; y por otro lado, en nombre de esa misma objetividad, se han desarrollado discursos políticos irresponsables con el medio ambiente, que justifican la devastación utilizando como parapeto las ideas del progreso, el desarrollo e incluso la razón de estado. Entre ecología y política es necesaria la ética para que a través de una reconvención de los valores, se establezca en primer lugar, todo aquello que jerarquice la vida, los derechos y la democracia.
Como se trata de un ejercicio interdisciplinario novedoso, los artículos presentados en este número de Folios, cuyo propósito es reflejar este vínculo creciente entre ecología, política y ética; se constituyen en ventanas conexas, complementarias entre sí, que nos asoman a la complejidad de los problemas socioambientales abordados. En todos ellos están presentes tres temas claves: el papel que juegan las instituciones políticas como parte fundamental para la solución o la agudización de la problemática medioambiental; el necesario reconocimiento de que se necesita otro modo social de proceder, de habitar y de organizarse para enfrentar la crisis en la que está cayendo el medio ambiente y la imperiosa necesidad de que surja una nueva conciencia ambiental que influya al conocimiento y al poder.

Nuestra entrega abre con un texto de Agustín del Castillo, en el cual se presenta un recuento crítico de la actuación del sector público en México y en Jalisco, en lo que respecta a las políticas publicas dirigidas al medio ambiente. El autor hace un repaso de cifras de la devastación ambiental, señala diferentes diagnósticos emitidos por instancias internacionales y nacionales en este sentido, hace un recuento de las políticas aplicadas y evalúa la inconsistencia que las instituciones públicas han tenido.
Por su parte, Pedro Arrojo Agudo, aborda un tema clave a nivel mundial: la gestión del agua. Este escritor propone que es la perspectiva ética la única que puede lograr, de manera consistente, una reestructuración de la política pública dirigida al manejo del agua. El eje central de su propuesta se basa en la llamada Nueva Cultura del Agua, en la cual el énfasis ético, es el que consigue organizar la acción pública, jerarquizando las principales funciones que las instituciones públicas y las organizaciones sociales deben proteger y promover: primero la vida; segundo los derechos de ciudadanía y tercero, subordinado a los dos anteriores las funciones económicas.

El tercer texto, elaborado por Javier Bogantes Díaz, se vincula con el anterior al tener al agua como tema común y trata sobre la aparición de instancias ciudadanas alternativas de justicia ambiental: las tribunales éticos. Teniendo como fondo la experiencia latinoamericana y la crisis de legalidad que se registra en el subcontinente, el autor nos introduce a la experiencia del llamado Tribunal Latinoamericano del Agua, organismo civil no vinculante, cuyo fin es promover la justicia hídrica que se encuentra ausente en los organismos gubernamentales.

Los temas del crecimiento urbano, ligado al transporte motorizado y al petróleo, son abordados por Ramón Fernández Duran, como una forma de analizar las complejas relaciones que han causado la crisis ambiental en las metrópolis del siglo XX. El uso del automóvil y la necesidad de la energía barata se imponen como imperativos para entender la grave enfermedad que se expande y que padece la ciudad global, la cual se ha convertido en un núcleo duro del problema ecológico.
El artículo escrito por Mario Edgar López Ramírez, introduce el tema de la ciencia y su relación con la política, ante los retos que implica una naturaleza que ha entrado en situación de crisis. Analiza la aparición de la Ecología Política, como una ciencia cuyos énfasis en la interdisciplina, el pensamiento complejo y la aplicación de alternativas concretas, buscan abordar de manera integral el diseño de políticas públicas dirigidas al medio ambiente.
Finalmente, el texto presentado en nuestro Boticarium, es un interesante ejercicio intelectual desarrollado por Gabriel Pareyón sobre las bases ecológicas del lenguaje, especialmente del lenguaje político. Las correspondencias y complementariedades entre lo individual y lo colectivo atraviesan el texto para explicar el papel de la ecolingüística, como forma de incorporar los problemas ecológicos a la política.

Esperamos que esta entrega de Folios, sea útil a nuestros lectores, como un acercamiento a los diferentes aspectos involucrados en los actuales problemas del medio ambiente; así como de la pertinente complementariedad entre ecología, política y ética, necesaria para hacerles frente.

Educación cívica y democracia: ¿vino nuevo en odres viejos?




La crisis de legitimidad y representatividad que atraviesan las democracias realmente existentes en América Latina y Europa ha provocado un vuelco en las prácticas y discursos políticos. En la actualidad, el foco de atención de la política democrática ha pasado del diseño liberal, centrado en los partidos políticos y en las instituciones y reglas de la representación y el gobierno, al diseño republicano, que pone acento en la formación democrática de los ciudadanos como condición de posibilidad de la sociedad democrática. Con ello, la educación cívica o educación para la ciudadanía ha dejado de ser un asunto de interés estrictamente académico-intelectual para convertirse en uno de los temas clave de nuestro tiempo. Desde esta mirada singular se afirma, y no sin razón, que no puede haber ni puede persistir una sociedad democrática (polis) sin una educación democrática (paideia), ya que las instituciones y las reglas de la democracia deben funcionar no solamente según su letra sino, sobre todo, de acuerdo a su espíritu. De ahí que el espíritu de la democracia descanse, en clave republicana, no en una entidad metafísica o esotérica sino en una ciudadanía activa, participativa, exigente e informada. Sin ella, esta forma de sociedad estaría firmando su propia acta de defunción.

La formación democrática de los ciudadanos es una tarea que corresponde al Estado y a la familia, a la escuela y al barrio. Se encuentra, por tanto, a caballo entre lo público y lo privado, lo visible y lo oculto, lo común y lo particular. Su contenido requiere nutrirse tanto de aspectos cognoscitivos (derechos, deberes, normas, instituciones) como en los prácticos (participación, reflexión, deliberación, etcétera). Cuando eso no acontece, la idea de ciudadanía no es más que un simple referente normativo que en los hechos es desmentido por prácticas políticas como el clientelismo, el corporativismo y el particularismo. De ahí a la apatía y a la llamada “anti-política” no hay más que un simple paso.

En la presente entrega de Folios queremos hacernos cargo de la educación cívica como un pilar central de la arquitectura democrática. Para ello, hemos preparado un Dossier especial que esperamos sea del interés y agrado de nuestros –suponemos- numerosos lectores. En un primer momento, Sergio Ortiz Leroux aborda, desde una mirada teórica, dos modelos normativos de educación cívica: el republicano y el liberal, a fin de analizar el papel que juega la educación cívica en la sociedad democrática y el tipo de educación que deben recibir los ciudadanos si lo que se quiere al final del túnel es priorizar el interés común de la República sobre los intereses particulares de los individuos. Silvia L. Conde, por su parte, revisa el tránsito del civismo clásico a la educación ciudadana en México y en otros países del mundo a partir de la década de los setenta. Un denominador común de este abanico de cambios y reformas es la definición de la ciudadanía en un sentido amplio, que deja de concebirse como un mero estatus jurídico, para referirse a un sentido de pertenencia y corresponsabilidad con la comunidad política. En un tercer momento, Álvaro Aragón Rivera repasa los principales proyectos educativos en el México del siglo XX con el objeto de contextualizar el origen y desarrollo de los cursos de “Formación cívica y ética” que se imparten en el nivel de secundaria. Lo anterior le permite sopesar los principales avances y retrocesos que enfrenta esta singular asignatura escolar. Por su parte, Alejandra Medina Altamirano analiza la difícil y contradictoria relación entre la educación cívica y la consolidación democrática, poniendo especial énfasis en algunos aspectos que dificultan la plena afirmación de una cultura política democrática: la concepción dual de la democracia; la ausencia de mecanismos para una real y oportuna rendición de cuentas; y el papel que juegan los medios de comunicación, principalmente la televisión, como instrumentos de educación y socialización políticas. Finalmente, pero no al último, José Sadoc Benítez Ortiz presenta un breve pero sustancioso trabajo sobre el rol que tiene la educación cívica en el desarrollo social, especialmente en sociedades donde el conocimiento, la ciencia y la tecnología se han convertido en herramientas fundamentales para conseguir un desarrollo humano más justo, libre y equitativo.

Esta es, en suma, la apuesta intelectual y puesta en escena que hacemos los editores del presente Dossier de Folios. La pelota, ahora, está en la cancha de nuestros lectores y amigos. Esperamos que su lectura y, seguramente, posterior discusión contribuyan, por lo menos, a que los “juegos” que regularmente “jugamos” estén guiados cada vez más por las reglas del fair play o juego limpio. A las pruebas nos remitiremos.

Representación política y democracia: entre el anhelo y la decepción



Uno de los asuntos que en la actualidad generan mayor preocupación en las sociedades contemporáneas es el de la llamada crisis de representación política, tema central para entender los procesos de consolidación democrática de los países que en los últimos veinte años han transitado de gobiernos autoritarios a unos por lo menos “aspiracionalmente” democráticos.


El termino “crisis de la representación” es utilizado comúnmente para referirse a una diversidad de problemas de la vida política, tales como una baja participación ciudadana en elecciones, baja popularidad de los partidos y los políticos, falta de legitimidad en las decisiones que toman las autoridades y condiciones estructurales que habilitan y permiten la corrupción, entre muchos otros. A pesar de que mucho se ha escrito al respecto, está claro que el asunto esta lejos aún de ser agotado.

Folios dedica este numero al tema de la representación política con la intención de aportar a la discusión y promover un más cabal entendimiento de este fundamental problema, que aqueja la democracia y la vida política de nuestra sociedades. El número que tiene en sus manos se integra por una serie de textos que abordan el problema de la representación desde diversas ópticas: desde la perspectiva poco socorrida de la representatividad de las presidencias o la del poder judical, desde la perspectiva que arroja una exploración clara de temas fundamentales para México, como el de los mecanismos de representación de los indígenas, y el de la participación de la sociedad civil y la rendición de cuentas. Además de problematizar la representación desde distintos ángulos, los ensayos coinciden en la importancia de recuperar el carácter democrático, incluyente y equitativo de la representación, y en subrayar cuál debe ser el rol de cada actor en la labor democrática.

El numero que abre este dossier tiene como propósito generar un piso común para entender el debate y la evolución, tanto teórica como histórica, del concepto de representación y sus usos. Con su aportación, Isaac Preciado nos introduce al tema y explica comprensiblemente los debates y asuntos que rodean a la representación, y sus problemas y retos a futuro. Sin embargo, la intención del autor va mas allá de dar pie a las discusiones subsecuentes en el texto que abordan de manera mas especializada la temática. Este primer texto resalta la importancia de entender la representación como un proceso sustantivo, y pone de manifiesto que, si la democracia representativa no trae consigo un bienestar económico y social para la población inevitablemente esta corre el riesgo de convertirse en un mero procedimiento frívolo y de poco valor para la sociedad.

El texto de Victoria Crespo propone estudiar la relación entre presidencialismo y representación partiendo de una distinción entre la institución presidencial y presidentes concretos. Su artículo propone un recorrido histórico a través de los distintos significados atribuidos a la presidencia en América Latina desde sus más tempranas manifestaciones republicanas, pasando por los procesos de formación del estado en siglo XIX, la democratización de la institución y la representación plebiscitaria de las presidencias populistas del siglo XX. Este enfoque pretende ser una visión alternativa al estudio de la representación, que se ha concentrado casi siempre en el poder Legislativo.

De manera sumamente didáctica, Andrea Pozas Loyo y Julio Ríos nos introducen a la problemática aún más compleja de la relación entre la representación ciudadana y el poder judicial. Esta relación puede sorprender al lector, ya que en las constituciones modernas los jueces están completamente separados de la representación popular. Sin embargo, los autores señalan que efectivamente existe una relación entre la representación y el control de constitucionalidad en las democracias contemporáneas y reseñan el debate en torno a la tensión entre el control constitucional, fundamentado en la protección de las minorías y en una balanceada separación de poderes, y la democracia, basada en el principio de las mayorías y la soberanía popular.

El ensayo de Juan Carlos Martínez aborda la problemática fundamental de la representación política del los pueblos indígenas en México, un tema ineludible para los estudios en torno a la representación no sólo en México, pero en la mayoría de los países de América Latina. Martínez estructura su trabajo desde el punto de vista de la exclusión de los pueblos indígenas y localiza las causas de esta exclusión en el proceso de formación del estado mexicano en el siglo XIX. Martínez demuestra la incompatibilidad discursiva y teórica entre el liberalismo—que finalmente cristalizó como ideología política dominante—y el multiculturalismo, lo que dificulta arribar a una “solución” al problema de la exclusión de los pueblos indígenas en la esfera política.

Finalmente, Jorge Romero León nos presenta un texto que enmarca los textos anteriores desde la perspectiva de la sociedad civil. Explora el significado de rendición de cuentas y su relación con el concepto de representación, y desarrolla una tipología para apreciar el valor que agrega la sociedad civil a la democracia representativa por medio de la rendición de cuentas. En su ensayo, Romero León desarrolla una crítica implícita a las democracias que no representan, y añade una dimensión distinta a la tan sobada idea de la democracia participativa, que lejos de ser una panacea en las sociedades contemporáneas no garantiza una transformación de los modelos de gestión pública. Para dar paso a esta transformación sigue siendo indispensable la existencia de un estado de derecho pleno y mecanismos de acceso a la información y de control entre poderes, argumenta el autor.

Los textos aportan así distintos elementos para participar de manera informada en un debate en curso. Un debate que nos concierne e involucra. Un debate que nos convoca y nos exige. El número busca así aportar a la construcción y a la problematización de ciudadanía y ampliar la perspectiva sobre qué implica, y qué nos demanda, la legitimidad. Esta aportación encaja en la aspiración de un proyecto de transformación de largo plazo, consciente de que no basta discutir sobre la representación y sus crisis, atenta al hecho de que debe habilitar la transformación de instituciones, reglas y organizaciones, y en el largo plazo también del rol de los individuos y de nuestras sociedades. Ambiciosa aspiración, sí. Al igual que la de una democracia representativa.

Reforma electoral: ¿avance o retroceso?


En México, la democracia ha experimentado un largo proceso de transición política caracterizado por la inclusión cada vez mayor de la ciudadanía en los asuntos públicos. Muestra de ello son las reformas electorales que han permitido transitar de un sistema electoral incipiente, en donde los procesos electorales carecían de un nivel mínimo de confianza ciudadana, a uno donde los principios de la función electoral son una realidad.


Si bien estos cambios han dado como resultado la celebración de elecciones libres, periódicas, competitivas, y confiables en el país, es necesario seguir avanzando en la consolidación de la democracia: su permanencia como forma de gobierno y como forma de vida requiere de un continuo perfeccionamiento, tanto de las estructuras como de las prácticas que la justifican.

A partir de las elecciones de 2006, el reclamo cada vez más generalizado entre los diversos actores políticos de la sociedad, principalmente de los ciudadanos, apuntaba hacia la necesidad de transparentar, fiscalizar y eficientar cada vez más los recursos públicos utilizados por todas las instituciones que participan en la arena electoral y, de manera muy particular, sobre los destinados a los partidos políticos para su promoción en medios de comunicación. A finales de 2007, el Congreso de la Unión reformó nueve artículos de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos y con esto se pretende responder, al menos parcialmente, a tan justificada exigencia. Es precisamente la discusión sobre los alcances y efectos de esta reforma constitucional electoral lo que motiva el presente número de Folios.

Partiendo de un análisis sobre las controversias suscitadas en la elección de 2006, en términos del inusitado activismo político ejercido desde la Presidencia de la República, de la propaganda negativa utilizada en las campañas presidenciales, así como la ejercida por terceros, Luis Carlos Ugalde nos ofrece una inmejorable evaluación de dicho proceso electoral, para dar paso a un sugerente análisis sobre los avances, riesgos y mitos que conlleva la reciente reforma electoral. Al final, el autor justifica de manera muy puntual que con la prohibición constitucional de la denigración y la calumnia entre partidos, más que lograr evitar los problemas del pasado, se abre una ventana que puede arrojar consecuencias peores.

En segundo lugar, y compartiéndonos la idea de que las reformas electorales en México han funcionado en una lógica doble como correctoras de experiencias negativas del pasado, así como de receptoras de las nuevas exigencias sociales, María Marván Laborde nos ofrece un recuento de los principales avances sustanciales que esta última reforma electoral implementa en tres importantes rubros del nuestro sistema electoral: financiamiento de los partidos políticos, reglas del proceso electoral, así como de las nuevas facultades y estructuras del Instituto Federal Electoral, y del Tribunal Federal Electoral del Poder Judicial de la Federación.

Siguiendo nuestro breve recorrido, y centrándose más en los desafíos y dilemas venideros de la reforma a partir de los aspectos recién modificados en la Constitución, Carlos González Martínez traza rutas muy claras sobre el necesario ejercicio de reingeniería institucional al que nuestro sistema electoral deberán de someterse, en aras de hacer efectivas las expectativas de los legisladores. El autor menciona, entre otras, la modificación de las leyes secundarias federales y locales que regulan el régimen de partidos, los términos de la competencia electoral, las instituciones electorales, el régimen electoral federal y los derechos ciudadanos, mismas que se deberán reflejar en las normas e instituciones estatales.

Nuestra discusión finaliza con una elocuente reflexión por parte de Miguel Bazdresch Parada sobre las posibles consecuencias positivas o dudosas, así como de las inclusiones o exclusiones que esta reforma electoral conlleva en temas tan relevantes como el acceso a los medios de comunicación por parte de los partidos, el financiamiento de las elecciones, las causales de nulidad de una elección, la transparencia de los partidos y las autoridades en materia electoral, los delitos electorales, entre otros temas, pero haciendo más hincapié en el relativo a las consecuencias en el ámbito de los gobiernos locales.

Amable lector: en este número aun no se plantea la discusión sobre los efectos que originará la modificación de las leyes secundarias afectadas por esta reforma constitucional. Tenga la seguridad de que haremos lo propio en un número exclusivamente dedicado e ello.

No hay reformas electorales definitivas eso es claro, los efectos y alcances de ésta están el aire; pero ¿se justifica modificar nuestro andamiaje normativo como respuesta a las coyunturas políticas en lugar de generar espacios de discusión entre los actores que permitan definir una estructura electoral que resulte ideal para todos?

Lo invitamos a sumarse a este ejercicio crítico y reflexivo, y de esta manera contribuir en el avance de nuestra democracia.

Laberintos de la educación



La educación es un insoslayable pendiente que los países como México deben resolver. Un país que aspira a consolidar la vida democrática en su sociedad no puede pasar por alto el tema educativo, la educación es columna vertebral para la vida en democracia. No cabe duda que una educación de calidad y con equidad es factor determinante para mejorar las condiciones de vida de la población, reducir la pobreza y estrechar las brechas de desigualdad que nos aquejan. Los gobiernos, mediante la implementación de políticas públicas, están en busca de mejorar sus respectivos sistemas educativos y el mexicano no es ajeno a ello. Ya son casi dos décadas en que este sistema educativo comenzó un largo camino de transformación mediante la implementación de una nueva generación de políticas públicas; algunos resultados comienzan a asomar por la ventana y el público ciudadano se percata de ello, algunos otros no son tan perceptibles, sin embargo no cabe duda que es posible y necesario trazar algunas hipótesis sobre sus efectos.


En el presente dossier de Folios nos hemos ocupado de tal tarea, de las políticas de educación y de algunos efectos que han vertido las mismas. La razón de nuestro interés por dedicar un número especial a las políticas educativas es situar en su justa dimensión la importancia que tiene la educación y lo que se hace, desde la esfera gubernamental, por mejorarla en un contexto de construcción y consolidación de la democracia en nuestro país. De tal forma que la carta de navegación que dirigirá el destino de este número de Folios se compone por breves y confortables estancias en seis puertos diferentes que en su conjunto tratan de dar una visión de lo que está sucediendo en cada uno de los subsistemas educativos.

El texto de Úrsula Zurita nos da una panorámica sobre la educación básica y la necesidad de promover la participación social en los núcleos escolares a fin de democratizar el sistema y mejorar la calidad educativa de los servicios educativos que los infantes consumen. El artículo de Juan Luís González, muestra el interés de autor por el tema de la calidad educativa. El aporte de dicho artículo se encuentra en la cercanía que se encuentra en la concepción sobre la calidad educativa del gobierno federal y la propia del Sindicato Único de Trabajadores de la Educación, es decir, indicios de que el momento de concepción del concepto de calidad educativa se encuentra más cercano a los juegos de poder entre ciertos actores, que al interés de un público ciudadano. Sin duda, una muy sugerente relación que puede dar mucho de qué hablar. Medardo Tapia nos presenta un estado del arte sobre lo que está sucediendo en las Escuelas Normales Superiores y su relación con las políticas que se implementaron a partir del sexenio pasado, una reflexión que obliga a pensar en la necesidad de una verdadera práctica de la descentralización educativa. El cuarto puerto que visitaremos es el comandado por Adrián Acosta, en él haremos un recorrido por los mares de la autonomía universitaria y sus transformaciones a lo largo de dos décadas en el que la nueva generación de políticas cambió las relaciones entre Estado y universidad. Guillermo Elías nos presenta un controvertido problema que en la actualidad aqueja a muchos jóvenes con deseos de estudiar una carrera profesional, el exponencial crecimiento de universidades privadas sin ningún control estatal. Este, es un fenómeno que está impactando severamente en los efectos de la educación superior en nuestro país y que indudablemente será un elemento susceptible a la intervención de las actuales autoridades educativas. Finalmente, en el puerto de Giovanna Zerecero nos encontraremos con la brisa de mar en la frente al informarnos sobre la importancia que tiene la vinculación de las universidades con el sector productivo nacional. La autora traza vehementemente una ruta que ya ha sido recorrida por varios países desarrollados pero que para nuestro caso aún nos quedan algunas millas náuticas por recorrer.

Así pues, hacemos la presentación del presente número de Folios con la intención de sentar la importancia de la educación para la vida democrática de una sociedad como la nuestra. El viaje no requiere píldora para evitar el mareo, será placentero y sin duda alguna abrirá el debate.